Esta no es una historia de amor
Bel Rey
Posted on June 14, 2020
Me gusta decir que el Dark Souls y programar me salvaron la vida. Suelo decirlo a modo de chiste, pero es bastante más cierto de lo que esperarían.
Por esta fecha se cumple mi segundo aniversario trabajando en desarrollo web, pero considerando todas las cosas que cambiaron desde que le vendí mi alma a javascript bien podría haber pasado una década. Por eso, en honor al cambio y porque quizás a alguien le sirva la referencia quiero compartir con ustedes mi historia.
Primero un poco de contexto histórico. Empecé a trabajar sistemas a los 18 años. Sabía algo de HTML y CSS con lo que conseguí un puesto como webmaster (si, soy grupo de riesgo) para una pyme. Un año más tarde empecé a estudiar desarrollo de videojuegos, y por dos años me adentré en el mundo de C# y C++, engines y SQL. Me gustaba mucho, pero no les voy a mentir, no me fue bien. Tuve experiencias negativas que no supe manejar y me alejaron de ese mundo. Creo que en parte tuvo que ver con ser la única mujer en toda la institución en un contexto donde el feminismo todavía no había llegado a mi vida. En retrospectiva me faltaron herramientas para afrontar lo que me pasaba.
Una de las cosas positivas que me dejó mi paso por la institución fue conseguir trabajo ‘en blanco’. Empecé a ejercer como QA, primero manual y después 'automation', profesión que me dió estabilidad laboral y me permitió seguir buscando mi rumbo. En 2010 me anoté a la carrera que desde entonces fue mi pasión: Diseño gráfico.
En 2013, junto a dos personas que al día de hoy admiro mucho, me lancé a la aventura de emprender. Conseguimos un cliente en EEUU y abrimos nuestra propia consultora de software. No teníamos idea de nada, pero nos la arreglamos y fuimos aprendiendo a los golpes. Mi futuro profesional parecía resuelto para siempre.
2016 fue uno de los mejores años de mi vida. En Marzo me enteré de que estaba embarazada. Mi vida profesional se pausó por un tiempo en pos de planear la llegada del nuevo integrante de la familia. En Noviembre llegó y por un tiempo en mi casa la única prioridad fue estar disponible para esa personita. El 30 de diciembre de 2016 cumplí 30 años y según el librito de la vida tenía todo lo que necesitaba para ser feliz: Mi propia empresa, mi casa y mi familia armada.
Durante 2017 transité una terrible depresión post-parto, que por sí no lo saben, es algo muy común. Cuidar a un recién nacido es una tarea muy desgastante que consume todas las horas del día. Duermen muy poco, y cuando están despiertos necesitan atención constante. Entre el cansancio y la preocupación por querer mantener sana a esa persona indefensa entré en un estado de pensamiento muy oscuro, todo el tiempo tenía miedo de que nos pase algo. Por las noches soñaba con qué nos secuestraban, robaban o mataban. Dejé de dormir. Tenía tanto miedo que dejé de salir a la calle. Sumado a esto me empezó a preocupar el futuro, estaba asignada a un proyecto aburridísimo manteniendo un repositorio de test automatizados con selenium en PHP. Me preocupaba quedarme sin trabajo y no saber qué hacer ¿Qué pasaba si a la empresa le iba mal? ¿Qué perspectivas tenía para el futuro?
Toqué fondo el día que les confesé a mis mejores amigas que estaba teniendo pensamientos suicidas.
Lo primero que hice fue contactarme con mi obstetra, que entendió lo que me pasaba y me derivó con los profesionales pertinentes. Lo segundo fue empezar a buscar una manera de actualizarme y darle una vuelta de tuerca a mi futuro laboral.
Empezaba 2018 y con mi amiga de toda la vida, Denise, decidimos empezar un bootcamp de programación frontend. Iba con ganas de aprender, pero también con poca expectativa.
Empezaron a pasar los días y cada vez me engaché más. Por primera vez en mucho tiempo estaba dedicándole tiempo a algo que me gustaba, rodeada de gente que me hacía sentir bien. Sumado a eso, y por la necesidad de ir a cursar empecé a salir todos los días de mi casa y volví a perderle el miedo a la calle.
Me iba muy bien, y no podía ser de otra manera porque todo el tiempo que no estaba en clase estaba o pensando en cursar o intentando resolver los ejercicios. Me metí de lleno en lo que estaba haciendo y lo exploté a fondo.
El profesor intentó reclutarme de una manera muy poco sutil como QA para la empresa donde trabajaba en ese momento, pero yo estaba más decidida que nunca, iba a llevarme todo el conocimiento que estaba ganando y hacer crecer mi empresa.
Ese año terminé el bootcamp, contraté una profesional en branding y comunicación y me puse como foco darle nueva vida a mi proyecto. Vinieron algunos proyectos interesantes, me pude dedicar por completo al frontend. Por unos meses todo fue perfecto.
Pero lamentablemente por más esfuerzo que uno ponga, cuando un proyecto es en equipo todos tienen que tirar para el mismo lado sino no funciona. Durante ese proceso de renovación uno de mis socios perdió interés en el proyecto y las dos restantes se nos empezó a hacer cuesta para arriba. Al estar desmotivada decidí empezar a hacer freelance nuevamente, lo que sumó a mí ya bastante pesada carga laboral.
Empecé el año nuevo desmotivada, con poca energía y arrastrando un montón de burnout. En Mayo tuve la suerte de poder viajar gracias a una beca. Estuve en la Google I/O, tres días de charlas técnicas (y otras no tanto) que me abrieron la cabeza y me dejaron pensando en todo lo que quería hacer y no estaba pudiendo concretar.
Durante ese viaje me contactó nuevamente el profesor para ofrecerme trabajo, esta vez no en una empresa, sino en su propio emprendimiento, CourseIt, una escuela de programación. A los dos días de volver a Buenos Aires ya habíamos pactado honorarios y a la semana empecé a trabajar.
Desde el primer día me sentí como en casa. Me encantaba el manejo del emprendimiento hecho con método, visión y orientado a resultados. Era la manera en la que yo quería trabajar. Me empecé a meter más y más en el negocio y a fuerza de voluntad y romper las bolas logré ganarme un lugar ya no como empleada, sino como socia.
Pasaron los meses, el equipo cambió, personas que fueron y otras que vinieron, pero la intención detrás del proyecto seguía intacta, y para mí se hacía cada vez más evidente que ahí era donde quería estar.
Por eso hace un mes, en el medio de una pandemia, decidí dejar el emprendimiento al que le dediqué los últimos casi ocho años de mi vida y dedicarme enteramente a CourseIt.
Durante mucho tiempo creí que no había valor en contar mi historia. Me considero una persona muy privilegiada que tuvo la suerte de poder hacer cosas que mucha gente no hace. Y no me molesta admitir que fue pura suerte y estar en el momento oportuno y el lugar indicado.
Para mi emprender no es solo una pasión, es un modo de vida, y cómo hace casi diez años que no hago una entrevista me es difícil trasladar mi experiencia en una frase simple y vendible como ‘De saraza a programadora en seis meses’.
También por mucho tiempo evité hablar de maternidad, porque justamente por la suerte que tuve no comparto muchas experiencias de dificultad que sí tiene por ejemplo la gente que trabaja en relación de dependencia. Pero hoy en día me doy cuenta que si comparto otras cargas, y que es importante poner en evidencia cómo la maternidad puede ser un motivador para realizar cambios de vida a los que en otro momento quizás no nos hubiésemos animado.
Si en 2017 alguien me hubiese dicho que en tres años iba a estar firmando el estatuto de una segunda empresa no le hubiese creído. A veces son acciones verdaderamente pequeñas que pueden cambiar el rumbo de nuestras vidas. Y nunca sabemos cuándo va a pasar. Por eso si están en una situación que parece no tener fin, intenten buscar ayuda y recuerden que todo pasa. Y no tengan miedo de compartir contenido, ir a juntadas de comunidades, estudiar algo nuevo o sumarse a proyectos. Nunca saben en qué momento la vida los va a emboscar con una nueva oportunidad.
P.S: Si tienen ganas de leer un poco sobre la experiencia de mis amigas les dejo links a sus blogs ->
https://dev.to/ddgn/cambiar-de-carrera-post-30-a08
https://dev.to/cocotlandia/how-to-be-a-junior-developer-and-survive-5199
Posted on June 14, 2020
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